¿Qué
sabemos sobre la discapacidad?
Estimaciones
más elevadas de la prevalencia
Se estima
que más de mil millones de personas viven con algún tipo de discapacidad;
o sea,
alrededor del 15% de la población mundial (según las estimaciones dela
población mundial en 2010). Esta cifra es superior a las estimaciones previas
de la
Organización Mundial de la Salud, correspondientes a los años 1970, que eran
de aproximadamente un 10%.
Según la Encuesta Mundial
de Salud, cerca de 785 millones de personas (15,6%) de 15 años y más viven
con una discapacidad, mientras que el proyecto sobre la Carga Mundial
de Morbilidad estima una cifra próxima a los 975 millones (19,4%). La Encuesta Mundial
de Salud señala que, del total estimado de personas con discapacidad, 110
millones (2,2%) tienen dificultades muy significativas de funcionamiento,
mientras
que la Carga Mundial
de Morbilidad cifra en 190 millones (3,8%) las personas con una “discapacidad
grave” (el equivalente a la discapacidad asociada a afecciones tales como la
tetraplejía, depresión grave o ceguera). Solo la Carga Mundial
de Morbilidad mide las discapacidades infantiles (0-14 años), con una
estimación de 95 millones de niños (5,1%), 13 millones de los cuales (0,7%)
tienen “discapacidad grave”.
Cifras
al alza
El número
de personas con discapacidad está creciendo. Esto es debido al envejecimiento
de la
población -las personas ancianas tienen un mayor riesgo de discapacidad-
y al
incremento global de los problemas crónicos de salud asociados a discapacidad,
como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y los trastornos mentales.
Se estima que las enfermedades crónicas representan el 66,5% de todos los años
vividos con discapacidad en los países de ingresos bajos y medianos (1).
Las características de la discapacidad en un país concreto están influidas por
las tendencias en los problemas de salud y en los factores ambientales y de
otra índole, como los accidentes de tráfico, las catástrofes naturales, los
conflictos, los hábitos alimentarios y el abuso de sustancias.
Experiencias
diversas
Las
visiones estereotipadas de la discapacidad insisten en los usuarios de silla de
ruedas y en algunos otros grupos “clásicos” como las personas ciegas o sordas.
Sin embargo, a causa de la interacción entre problemas de salud, factores
personales y factores ambientales, existe una enorme variabilidad en la
experiencia de la discapacidad. Aunque la discapacidad se correlaciona con
desventaja, no todas las personas discapacitadas tienen las mismas desventajas.
Aparte de los obstáculos discapacitantes, las mujeres con discapacidad sufren
discriminación de género. Las tasas de matriculación escolar difieren según el
tipo de deficiencia; así, los niños con deficiencias físicas suelen correr
mejor suerte que los que padecen deficiencias intelectuales o sensoriales. Los
más excluidos del mercado laboral son a menudo los que presentan problemas de
salud mental o deficiencia intelectual. Las personas con deficiencias más
acusadas experimentan con frecuencia mayor desventaja, tal como se ha
constatado en innumerables contextos, desde la Guatemala rural (2)
hasta Europa (3).
Poblaciones
vulnerables
La
discapacidad afecta de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables.
Los
resultados de la Encuesta
Mundial de Salud indican que la prevalencia de la
discapacidad es mayor en los países de ingresos bajos que en los países de
ingresos más elevados. Las personas en el quintil más pobre, las mujeres y los
ancianos también presentan una mayor prevalencia de la discapacidad (4).
Las personas con pocos ingresos, sin trabajo o con poca formación académica
tienen mayor riesgo de discapacidad. Los datos de las encuestas a base de
indicadores múltiples en países seleccionados ponen de manifiesto que los
niños de las familias más pobres y los que pertenecen a grupos étnicos
minoritarios presentan un riesgo significativamente mayor de discapacidad que
los demás niños (5).
¿Cuáles
son los obstáculos discapacitantes?
Tanto la CDPD como la CIF subrayan el papel que
desempeña el entorno para facilitar o restringir la participación de las
personas con discapacidad. El Informe aporta pruebas sustanciales de los
obstáculos a que se enfrentan, como los siguientes:
■■Políticas y normas insuficientes. La formulación de políticas no siempre tiene en
cuenta las necesidades de las personas con discapacidad, o bien no se hacen
cumplir las políticas y normas existentes. Por ejemplo, en lo referente a las
políticas educativas inclusivas, una revisión de 28 países que participaron en la Iniciativa Vía
Rápida de Educación para Todos comprobó que 18 de ellos proporcionaban muy poca
información sobre las estrategias propuestas para incluir a los niños con
discapacidad en las escuelas, o no mencionaban en absoluto la discapacidad o la
inclusión (6). Un déficit habitual en las políticas educativas es la
falta de incentivos económicos y de otro tipo orientados a que los niños con
discapacidad acudan a la escuela, así como la falta de servicios de apoyo y
protección social para los niños con discapacidad y sus familias.
■■Actitudes negativas. Las creencias y prejuicios constituyen obstáculos para la
educación, el empleo, la atención de salud y la participación social. Por
ejemplo, las actitudes de los maestros, administradores escolares, otros niños
e incluso familiares influyen en la inclusión de los niños con discapacidad en
las escuelas convencionales. Los conceptos erróneos de los empleadores de que
las personas con discapacidad son menos productivas que sus homólogos no
discapacitados, junto con el desconocimiento de los ajustes disponibles para
llegar a acuerdos, limitan las oportunidades de empleo.
■■Prestación insuficiente de servicios. Las personas con discapacidad son particularmente
vulnerables
a las deficiencias que presentan los servicios tales como la atención de salud,
la rehabilitación y la asistencia y apoyo. Según los datos de cuatro países de
África meridional, solo el 26-55% de las personas recibía la rehabilitación
médica que necesitaba; el 17-37% recibía los dispositivos
auxiliares
que necesitaba; el 5-23% recibía la formación profesional que necesitaba, y el
5-24% recibía los servicios de bienestar social que necesitaba (7–10).
Una investigación realizada en los estados indios de Uttar Pradesh y Tamil Nadu
comprobó que, después del costo, la falta de servicios en la zona era la
segunda razón más frecuente por la que las personas no acudían a los centros de
salud (11).
■■Problemas con la prestación de servicios. La mala coordinación de los
servicios, la dotación insuficiente de personal y su escasa competencia pueden
afectar a la calidad, accesibilidad e idoneidad de los servicios para las
personas con discapacidad. Según los datos de la Encuesta Mundial
de Salud en 51 países, las personas con discapacidad tenían más del doble
de probabilidades de considerar que los proveedores de asistencia carecían de
la competencia adecuada para atender sus necesidades; una probabilidad cuatro
veces mayor de ser tratadas mal, y una probabilidad tres veces mayor de que se
les negara la atención de salud necesaria. Muchos cuidadores están mal
remunerados y tienen una formación insuficiente. Un estudio efectuado en los
Estados Unidos de América encontró que el 80% de los asistentes sociales no
tenía formación ni cualificaciones formales (12).
■■Financiación insuficiente. Los recursos asignados a poner en práctica políticas y
planes son a menudo insuficientes. La falta de financiación efectiva es un
obstáculo importante para la sostenibilidad de los servicios, sea cual sea el
nivel de ingresos del país. Por ejemplo, en los países de ingresos altos, entre
el 20 y el 40% de las personas con discapacidad no tienen cubiertas sus
necesidades de asistencia para las actividades cotidianas (13–18). En
muchos países de ingresos bajos y medianos, los gobiernos nacionales no pueden
proporcionar
servicios
adecuados, y los proveedores comerciales de servicios no están disponibles o no
son financieramente asequibles para la mayoría de las familias. Un análisis de la Encuesta Mundial
de Salud de 2002-04 en 51 países señaló que las personas con discapacidad
tenían más dificultades que las personas
sin
discapacidad para obtener exenciones o reducciones de los costos de atención de
salud.
■■Falta de accesibilidad. Muchos edificios (incluidos los lugares públicos) y sistemas
de transporte y de información no son accesibles a todas las personas. La falta
de acceso al transporte es un motivo habitual que desalienta a las personas con
discapacidad a buscar trabajo o que les impide acceder a la atención de salud.
Los informes de los países que tienen leyes sobre la accesibilidad, aun en el
caso de que éstas tengan una antigüedad de 20-40 años, confirman un bajo nivel
de cumplimiento (19–22). Se dispone de poca información en formatos
accesibles, y no se satisfacen muchas necesidades de comunicación de las
personas con discapacidad. Las personas sordas a menudo tienen problemas para
acceder a un servicio de interpretación en lengua de señas: una encuesta
efectuada en 93 países puso de manifiesto que 31 de ellos no tenían ningún
servicio de interpretación, mientras que 30 países tenían 20 o menos
intérpretes cualificados (23). Las personas con discapacidad, en
comparación con las no discapacitadas, tienen tasas significativamente más
bajas de uso de tecnologías de información y comunicación, y en algunos casos
es posible incluso que no puedan acceder a productos y servicios tan básicos
como el teléfono, la televisión o la Internet.
■■Falta de consulta y participación. Muchas personas con discapacidad están excluidas de
la toma de decisiones en cuestiones que afectan directamente a su vida. Por
ejemplo, donde las personas con discapacidad no pueden decidir y controlar cómo
se les preste apoyo en sus hogares.
■■Falta de datos y pruebas. La falta de datos rigurosos y comparables sobre la
discapacidad y la falta de pruebas objetivas sobre los programas que funcionan pueden
dificultar la comprensión e impedir que se adopten medidas. Conocer el número
de personas con discapacidad y sus circunstancias puede mejorar los esfuerzos
para eliminar obstáculos discapacitantes y proporcionar servicios que permitan
la participación de las personas con discapacidad. Por ejemplo, para facilitar
la identificación de intervenciones ambientales rentables deben estudiarse
mejor el entorno y sus efectos sobre los diferentes aspectos de la
discapacidad.
¿Cómo
está afectada la vida de las personas con discapacidad?
Los
obstáculos discapacitantes contribuyen a las desventajas que experimentan las
personas con discapacidad.
Peores
resultados sanitarios
Hay
pruebas crecientes de que las personas con discapacidad tienen peores niveles
de salud que la población general. Dependiendo del grupo y el contexto, las
personas
con
discapacidad pueden experimentar mayor vulnerabilidad a enfermedades
secundarias prevenibles, comorbilidades y trastornos relacionados con la edad.
Algunos estudios también han indicado que las personas con discapacidad tienen
tasas más elevadas de comportamientos de riesgo, como el hábito de fumar, una
dieta deficiente e inactividad física. Las personas con discapacidad también
corren un mayor riesgo de estar expuestas a violencia.
La
necesidad no satisfecha de servicios de rehabilitación (incluidos los
dispositivos
auxiliares)
puede tener malas consecuencias para las personas con discapacidad, como el
deterioro del estado general de salud, limitaciones de las actividades,
restricciones
para la
participación y peor calidad de vida.
Peores
resultados académicos
Los niños
con discapacidad tienen menos probabilidades que sus homólogos no
discapacitados de ingresar en la escuela, permanecer en ella y superar los
cursos sucesivos. El fracaso escolar se observa en todos los grupos de edad y
tanto en los países de ingresos altos como bajos, pero con un patrón más
acusado en los países más pobres. La diferencia entre el porcentaje de niños
con discapacidad y el porcentaje de niños no discapacitados que asisten a la
escuela primaria va desde el 10% en la
India hasta el 60% en Indonesia. Por lo que respecta a la
enseñanza secundaria, la diferencia en las tasas de asistencia escolar oscila
entre el 15% en Camboya y el 58% en Indonesia (24). Incluso en países
con altos porcentajes de matriculación en la escuela primaria, como los de
Europa oriental, muchos niños con discapacidad no asisten a la escuela.
Menor
participación económica
Las
personas con discapacidad tienen más probabilidades de estar desempleadas, y
generalmente ganan menos cuando trabajan. Los datos mundiales de la Encuesta Mundial
de Salud indican que las tasas de empleo son menores entre los varones y
mujeres discapacitados (53% y 20%,
respectivamente) que entre los varones y mujeres no discapacitados (65% y 30%, respectivamente).
Un estudio reciente de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (25)
comprobó que, en 27 países, las personas con discapacidad en edad de trabajar,
en comparación con sus homólogas no discapacitadas, experimentaban desventajas
significativas en el mercado laboral y tenían peores oportunidades de empleo.
En promedio, su tasa de empleo (44%) era ligeramente superior a la mitad de la
de las personas sin discapacidad (75%). La tasa de inactividad era unas 2,5
veces mayor entre las personas sin discapacidad (49% y 20%, respectivamente).
Tasas
más altas de pobreza
En
consecuencia, las personas con discapacidad presentan tasas más altas de
pobreza que las personas sin discapacidad. En promedio, las personas con
discapacidad y las familias con un miembro con discapacidad tienen mayores
tasas de privaciones -como inseguridad alimentaria, condiciones deficientes de
vivienda, falta de acceso a agua potable y salubridad, y acceso deficiente a
atención de salud- y poseen menos bienes que las personas y familias sin una
discapacidad.
Las
personas con discapacidad pueden tener costos adicionales de asistencia
personal, atención médica o dispositivos auxiliares. Debido a estos gastos más
elevados, es probable que las personas con discapacidad y sus familias sean más
pobres que las personas sin discapacidad con unos ingresos similares. En los
países de ingresos bajos, las personas con discapacidad, en comparación con las
personas sin discapacidad, tienen una probabilidad un 50% mayor de enfrentarse
a gastos sanitarios ruinosos (4).
Mayor
dependencia y participación limitada
El
recurso a soluciones de institucionalización, la falta de vida comunitaria y
unos servicios deficientes aíslan a las personas con discapacidad y las hacen
dependientes de otros. En los Estados
Unidos, una encuesta efectuada entre 1.505 adultos no ancianos con discapacidad
comprobó que el 42% no podía entrar y salir de la cama -o sentarse y levantarse
de una silla- porque no tenía a nadie que le ayudara (26). Se ha
señalado que las instituciones residenciales son responsables de la falta de
autonomía y la segregación de las personas con discapacidad con respecto a la
comunidad general, aparte de otras violaciones de los derechos humanos.
La mayor
parte del apoyo procede de familiares o redes sociales. Pero recurrir exclusivamente
al apoyo informal puede tener consecuencias adversas para los cuidadores, como
tensión psicológica y emocional, aislamiento y pérdida de oportunidades
socioeconómicas. Estas dificultades aumentan a medida que envejecen los
miembros de la familia. En los Estados Unidos, los familiares de niños con
discapacidades del desarrollo trabajan menos horas que los de otras familias,
tienen más probabilidades de perder el empleo, tienen problemas económicos más
graves y es menos probable que se incorporen a un nuevo trabajo.
Para ver el resumen completo del informe dirigirse a:
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Muy claro este articulo; muestra una realidad concreta de la situación que atraviesan las personas discapacitadas.Ya que la sociedad y me incluyo,desconocemos de muchas de las discapacidades existentes y nos quedamos con las más conocidas, desconociendo por tanto una parte importante de nuestra sociedad.Por otro lado, es notable como político y demás usan las acciones destinadas para el beneficio de este sector de la población a la hs de sumar votos y realizar proyecto,que luego no son llevados acabo de manera exitosa o incluso no son ni realizados.Ésto muestra a nivel mundial,como aún debemos y se debe seguir intentando mejorar ciertos aspectos para la acorde integración de este sector de la población a la sociedad.
ResponderEliminarMe encanto este articulo, ya que muchas veces no nos informamos sobre las diversas discapacidades que existen. En cuanto a lo político, una vez mas queda demostrado que solo a la hora de conseguir votos los políticos se aparecen con falsos proyectos y ayudas, y una vez conseguidos los votos todo queda en la nada. creo que todos tendríamos que tomar conciencia que no se puede dejar de la lado a estas personas ni tampoco se las puede tomar como un juego,ya que ellos si tienen voz propia y tienen los mismos derechos que los que se hacen llamar políticos...
ResponderEliminarInteresante éste articulo, ya que demuestra como las personas no nos interesamos por las diferentes discapacidades y las damos por sobre entendidas, sin atender a ella con la responsabilidad que ésto implica. Generalmente, nos interesamos por tales, cuando nos encontramos relacionados a situaciones de familiares con discapacidad. Es evidente como la curiosidad del hombre deja de serlo cuando tal tiene que ver con una respuesta que no esperamos o que a simple vista consideramos que será negativa.
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