Si de veras quieres ayudarme:
No camines por mí, déjame caminar por mi camino;
No hables por mi déjame hablar y escúchame;
No llores por mí, déjame llorar y acompáñame;
No decidas por mí, déjame elegir y respeta mis decisiones;
No te arrojes al agua por mí, déjame que aprenda a nadar;
No me impongas tu experiencia, déjame hacer la mía;
No aciertes por mí, déjame aprender equivocándome:
Porque yo crezco más con mis errores que con tus aciertos
René Trossero

lunes, 4 de octubre de 2010

La mirada de los otros

Frente a la mirada de los Otros.Por Alberto Bejarano
www.letrasemiautomaticas.blogspot.com
otrasinquisiciones@hotmail.com  


“el mundo gira al revés…y este mundo te dirá que siempre es mejor mirar a la pared”Charly García, “ojos de videotape”-

Por los azares de los desencuentros con las calles lunares de Bogotá, tuve que vivir unos días con un bastón y luego con una muleta. Escribo esta breve nota para María del Pilar Pinzón y LA DISCAPACIDAD, con el fin de socializar un cuestionamiento que nació ante mi situación temporal. No pretendo, en ningún sentido comparar un accidente con una discapacidad permanente. En primer lugar porque respeto profundamente los aprendizajes y luchas de las personas que siguen su camino más allá de sus obstáculos físicos y, en segundo lugar, si lo escribo, es sólo porque quiero mostrar como la Sociedad tiene (tenemos) mucho que aprender para comprender e incluir a quienes tienen algún tipo de discapacidad.

Relataré a continuación, unas líneas de mi Diario íntimo, donde recojo algunas apreciaciones sobre mí deambular con muletas por las calles del centro de Bogotá:

“ febrero 18.
No es a usar bien las muletas lo que tengo que aprender. Es a soportar las miradas confusas, sorprendidas, lastimosas, apáticas y sobre todo, repetidas, de las personas que cruzan apuradas por las calles perdidas. Para algunos soy más bien invisible y no ha faltado el que me mire con detenimiento, pensando quizá que le pediré una moneda. Las calles que muchas veces he recorrido de prisa, sin mirar nada ni a nadie, cuando el afán de los días corrientes se lleva la contemplación de la vida, y donde, hasta el más alegre de los flaneurs (paseantes) se olvida de la vida de los otros, se me hacen hoy tan largas y tan descompuestas.

La mirada de los otros es lo que más me impresiona. Y acaso sea porque yo también he mirado así en otros momentos. Hay tanto por aprender. Ponerse en el lugar del otro nunca fue fácil, pero eso no puede ser una justificación para la inacción. Puede que sea indiferencia. Yo me inclino más por el factor “consciente”, es decir, por reflexionar acerca de nuestros conocimientos, y en especial, de nuestra ignorancia sobre la vida de los demás: sus miedos, sus deseos, sus tristezas, sus necesidades.

Mientras camino y la lluvia me va arrastrando a refugiarme en el antiguo café Sin Avenir, escucho voces dentro de mí que me susurran cuanto tengo que aprender. Aprender a buscar (mejor) la mirada de los otros y no olvidar, cómo ha sido la mía…”

Sentado en el café, después de estar expuesto a la mirada de los otros, me quedé escuchando la última parte de la canción de Charly García con la que inicié este auto-relato: “este mundo extrañará por siempre la película que vio una vez…”

Por mi relación con el arte, y con las musas de diverso orden, muchas veces he estado expuesto a la mirada de los otros. La diferencia es que antes de esta breve experiencia, siempre fue algo buscado por mí mismo. Ahora entiendo un poco mejor la mirada de los otros. En cuanto a la mía, aunque queda un poco en suspenso, también ha sido afectada…

4 comentarios:

  1. Me gusto porque yo creo que todos somos inconsciente en le mundo en que vivimos, vivimos nuestra realidad y no la realidad en el que el discapacitado vive.
    Lo que en su diario comenta es que el sintio o mas decir vivió lo que una persona discapacitada se siente cada vez que camina por las calles, cuando lo miran fijamente y mas porque el se noto que no era transparente al caminar. Se sientio diferente a los demas.
    Ahi se dio cuenta que habia mucho de que aprender d ela vida y no ir a su paso sin importarle nada.
    Realmemte deja un enseñanza a las personas que ignoramos.

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  2. Sí. El profesor Coronel siempre enseña a las chicas de la carrera de ciegos a caminar con los ojos vendados, usando un bastón. ¡Buena manera de ponerse en el lugar del otro! ¿Alguien se anima a salir a pasear, p.ej., al Shopping, en una silla de ruedas? ¿ O de preguntar algo a los transeúntes fingiendo un problema de lenguaje, un tic importante o algo así? O, sin ir tan lejos, ¿podemos usar la imaginación para acercarnos a vivir sin luz y sin sonido como Helen Keller?

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  3. Retomando lo que el profesor Coronel hace con las chicas de la carrera de ciegos creo que seria de mucha utilidad hacer algo similar con los estudiantes de nuestra carrera,la mejor manera de entender a los otros y poder ayudarlos es poniendonos por lo menos una vez en su lugar y asi comprender y experimentar como son las cosas para las personas con discapacidad. No es lo mismo imaginar cuan dificil puede ser tener que pasear por el centro, viajar en transporte publico o enfrentar la mirada de los otros, que tener que vivirlo dia a dia

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  4. La verdad que coincido con Carol. Creo que es muy fácil para todos hablar y opinar sobre cómo debemos actuar frente a los discapacitados... La mejor manera como bien refleja el relato es poniendonós en el lugar de la otra persona, para comprenderlos primero,y así ayudarlos.
    Me parece muy interesante la vivencia que cuenta el autor,y muy importante reflexionar sobre uno de los mensajes que él deja:"que la Sociedad tiene que aprender a comprender y a incluir a las personas con discapacidad".

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